lunes, 16 de enero de 2012

Acondicionamiento físico IV

Esculpiendo el físico sin pasar hambres

Si deseas deshacerte de esa grasa corporal de más y tonificar músculos y abdomen, este post pretenderá mostrar cómo lograrlo sin pasar hambres, ni entrenarte como maratonista y mucho menos perder la cordura.
Comencemos por el comienzo: ¿por qué tenemos grasa de más?

Esta preguntita inquietaba a un carpintero y sepulturero llamado William Banting, quien vivió en Londres allá por 1862, y se hacía la pregunta porque él era obeso, y ya había pasado por los extremos de las dietas de hambre y las sesiones pesadas de ejercicio, sin obtener resultados notorios ni duraderos... hasta que un médico le impuso una dieta baja en carbohidratos. En un año, Banting se deshizo de 46 libras de peso, redujo su cintura en 12 pulgadas y al parecer hasta mejoró su audición.
La dieta funcionaba claramente y comenzó a ganar fama al otro lado del gran charco, cuando un médico estadunidense recomendaba ingerir una libra de carne magra y verduras diariamente a cualquiera que deseara perder peso. El "establishment" médico desdeño esta dieta reducida en carbohidratos a pesar de las evidencias de su triunfo.
La dieta baja en carbohidratos de Banting funcionó como lo prometía hace un siglo y medio. ¿Pero por qué funcionaba? Y si la dieta funcionaba tan bien hace 150 años, ¿por qué la obesidad actualmente es un gran problema de salud pública?

Como dijo el descuartizador, vamos por partes... Indaguemos por qué la dieta baja en carbohidratos es tan efectiva... y por qué está rodeada de controversias. ¿Por qué a muchas personas se les facilita perder peso al reducir la cantidad de carbohidratos que consumen? ¿Acaso consumir carbohidratos es lo que nos engorda? Pues SÍ Y NO. La movida es esta:
La regla número 1 para perder peso es sencilla: consuma menos calorías que las que se "queman".
Sencillo sí... ¿fácil? Pues depende. A continuación dos historias de sujetos que comían una reducida cantidad de calorías. En 1942, Sam Legg participó en un estudio sobre el hambre. Aquí está Sam al comienzo del estudio, cuando consumía alrededor de 3200 calorías diarias.
La siguiente imagen es de Sam, después de 24 semanas en una dieta muy baja en calorías; consumía alrededor de 1600 calorías diarias. Impactante, ¿no? Y aún hay más, diría el carnal de las estrellas...
Chequen su mano izquierda (la de Sam, no la de ustedes jajaja): debido a tal dieta de hambre, en un momento dado Sam "se quebró", ¡y comenzó a roerse y comerse los dedos! Otros individuos del estudio se quejaron de un hambre constante e insaciable, además de baja temperatura corporal e hinchazón de las articulaciones. En general, una imagen poco atractiva para desear bajar de peso...

En la década de los 1960's, un joven se enroló a un estudio del fisiólogo John Yudkin. Se le dijo que consumiera tanta carne, pescado, huevo, queso, crema y verduras de hojas grandes como quisiera, con la condición de que redujera el consumo de carbohidratos a 50 gramos. Con todo y que se le permitió comer tanto como deseara, el joven de este relato consumía sólo alrededor de 1500 calorías diarias. ¿Por qué pasaba esto?
La "grasa dietética" disminuye tu hambre naturalmente y hace sentirte lleno más rápido, por ejemplo cuando comes una gran porción de comida china (rica en carbohidratos) te sacias sólo para sentirte hambriento unas horas después.Pero si optas por disfrutar de un bistec jugoso y jaspeado, es sumamente improbable que tengas hambre de nuevo en muchas horas.
Así que para bajar de peso, lógicamente hay que reducir el consumo de calorías. Si disminuyes el consumo de grasas, pero mantienes o incrementas el de carbohidratos, tendrás hambre a cada rato hasta que te comas los dedos, jajaja...
O puedes bajar de peso reduciendo tu consumo de carbohidratos y sin pasar hambres. ¿Cuál opción te es más atractiva?

En el siguiente post: CÓMO REDUCIR MEDIDAS SIN HACERLE AL FAKIR.

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