martes, 15 de febrero de 2011

EL SENTIDO DE LA VIDA III

Entre el postulado creacionista del gran designio, y el extremo existencialista del nihilismo, que pregona que la vida no significa nada, que es un producto del universo, las personas tienen diferentes ideas, creencias y valores de lo que puede darle sentido a la existencia.

Para algunos, el sentido de la vida se encuentra en ayudar a los demás, lo que nos permite liberarnos del ciclo de las actividades rutinarias. En este caso habría que entenderse que el altruismo no puede ser el objetivo de la vida, porque ayudar a los demás es sólo el medio para lograr un fin: ayudamos a otros para sacarlos de la necesidad, o para que mejoren en algún aspecto de su vida, no porque la actividad en sí misma sea buena. Además se caería en el caso de que los que están siendo ayudados se tornaran en simples instrumentos para que los altruistas cumplan su objetivo en la vida. Por otra parte, si el altruismo tiene éxito se vuelve superfluo, porque eliminaría su propio objetivo: el altruismo acaba cuando ya nadie necesita ayuda. Se corre el riesgo de quedarse con una vida sin sentido.

Para otros, el sentido de la vida consiste en ser felices, en lograr la felicidad, pero el problema estriba en comprender qué es la felicidad y cómo lograrla. Además, si uno se lanzara a perseguir la felicidad directamente, si nos preocupamos mucho por ser felices, no podemos ser felices. Lo que más convendría hacer es tener la actitud y perspectiva para superar las vicisitudes y circunstancias difíciles de la existencia, tomarlas con filosofía y optimismo,  pues no hay una “fórmula para la felicidad”… y aunque la hubiera, tal vez un estado de felicidad continua no sea natural ni saludable para nosotros.

Hay quienes consideran el tener éxito, el logro en sí, lo que le da sentido a la vida, independientemente de lo felices que nos haga o de los placeres que nos proporcione. En este caso hay que considerar qué realmente significa éxito y si lograrlo debe ser una meta de la vida. Una clase de éxito al parecer se relaciona con la importancia de las cosas que uno ha hecho; otra clase se centra en convertirse en cierto tipo de persona, llegar a ser la persona que se quiere ser.
El problema es que si el éxito está situado siempre un poco más arriba de donde nos encontramos, por definición nunca puede alcanzarse. El éxito absoluto o total ha sido alcanzado sólo por unos cuantos genios; por lo que sería mejor aceptar, lograr el éxito relativo, lo que no quita ningún mérito y puede seguir dando sentido a la vida: tal vez nunca logres ser el mejor violinista del mundo, pero tus logros puede llevarte a ser el primer violín de la sinfónica nacional.

Además existe el problema que también afecta al altruismo: si el éxito consiste en alcanzar algo en el futuro, ¿qué pasa una vez lo hemos logrado, si lo alcanzamos? ¿La vida perdería su sentido? Obviamente siempre habrá algunos éxitos que den una satisfacción tan duradera que logren siempre darle sentido a la vida: una vez se es premio Nobel, siempre se es un premio Nobel.
Al parecer lo que el hombre necesita para encontrar sentido a su vida es tener una justificación para sus esfuerzos, es decir, disponer de un objetivo y un fin claros, a cuya consecución se dedica la tarea de vivir y de llenar un día y otro de trabajo.

En lo que las mayorías podemos estar de acuerdo es en que lo más alto y lo más profundo de lo que el hombre es capaz, y que puede darle pleno sentido a la existencia, es el amor y en especial si es correspondido. No hay ninguna otra cosa que llene más la vida y la intimidad, ni siquiera la grandeza de legar a los hombres una gran obra. Ni el poder, ni el dominio sobre la naturaleza, ni la posesión de una gran ciencia, ni el desarrollo de la propia creatividad artística son capaces de dar lo que nos da la sonrisa de la persona que nos ama. Vale más destinarse a una persona que poseer sin ella todo el universo. Por eso, el mejor aprendizaje para encontrar el sentido de la vida es aprender a amar, algo bien distinto a simplemente "sentir que se ama", puesto que amar es tratar bien a la persona amada, tratarla como ella se merece, darle lo que le hace feliz, y eso es algo que implica un modo de comportarse muy específico, que es el que verdaderamente funda sobre un cimiento sólido el puro sentimiento del amor[1].


[1] El sentido de la vida (blog): http://sentidodelaexistencia.blogspot.com/2006/09/la-pregunta-por-el-sentido_115886363844866485.html

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