martes, 21 de septiembre de 2010

Otra vez, el milagro

Leí con interés en un blog de noticias que "...Un fuerte viento del este que sopló por la noche podría haber hecho retroceder las aguas del mar Rojo de la forma descrita en las escrituras bíblicas y el Corán y no Moisés, reportaron el lunes investigadores estadounidenses. (http://mx.news.yahoo.com/s/21092010/2/n-odities-viento-pudo-separar-mar-rojo.html) Simulaciones de computadora, parte de un estudio mayor sobre cómo los vientos afectan a las aguas, mostraron que el viento puede empujar y hacer retroceder el agua cuando una curva de río se funde con una laguna costera, señaló el equipo del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR por su sigla en inglés) y la Universidad de Colorado en Boulder."
"La separación de las aguas puede entenderse mediante dinámica de fluidos. Los vientos mueven el agua de una forma acorde a las leyes de la física, creando un pasaje seguro con agua a ambos lados y luego permitiendo abruptamente al agua volver".

¿Será que se resolvió el misterio, se acabó el famoso milagro?

En los Cuentos Jasídicos, Martin Buber relataba que: "...Un naturalista vino desde muy lejos a ver al santo Baal Shem y le dijo:
-Mis investigaciones demuestran que, en el devenir de la naturaleza, el mar Rojo iba a dividirse a la misma hora en que los hijos de Israel lo atravesaron. Entonces, ¿qué hay del famoso milagro?
El Baal Shem le respondió:
-¿No sabes que la Naturaleza es obra de Dios? Él la hizo de tal modo que a la hora en que los hijos de Israel atravesaron el mar Rojo, éste tenía que dividirse. Éste es el grande y famoso milagro."

Pregúntome: ¿cuál milagro? Por una parte entiendo que un milagro es la violación de las leyes naturales por intervención divina, y por lo tanto no puede calcularse basándose en dichas leyes solamente. Por lo que el naturalista no pudo calcularlo, o entonces no es un milagro por haber sido calculado.
Por otra parte, repito: ¿cuál milagro? Baal Shem tiene que retroceder hasta el inicio de los tiempos para decir que Dios hizo de tal modo al mundo, que los dos eventos tenían que suceder simultáneamente. Así las cosas, la creación del mundo y de sus leyes no viola ninguna ley natural, muestra el poder de Dios nada más. El famoso milagro se convierte en un hecho natural.
Aún nos quedaría resolver qué fue más milagroso: que las aguas del mar Rojo se dividieran al paso de los israelitas, o que el naturalista haya calculado, con algunos conocimientos tan vastos como imposibles, que tales cosas sucederían. 

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