Les presento mi supuesto cuento que más bien parece una "pequeña crónica de grandes días", que pergeñé para la tarea de una sobrinita mía. El "reto" era elaborarlo incluyendo las palabras que están en negritas, pero como tenía encima otras tareas, en un receso tomé aire y...
Disculpen si hay algún pecadillo gramatical, tengan en cuenta sus mercedes que lo elaboré al vuelo en cuarenta minutos casi...
LA
GRAN REBELIÓN
En Francia gobernaba el rey
Luis XVI y su esposa María Antonieta quienes llevaban una vida de lujo mientras
el pueblo, sin privilegios, era explotado con impuestos. Impulsados por
opositores al régimen, hombres y mujeres se unieron para derrocar a la
Monarquía. Este suceso se convirtió en un hecho político- social ocasionando
grandes conflictos en toda Francia llegando a París donde los revolucionarios
tomaron la Bastilla. Aunque los reyes escaparon fueron capturados y hechos
presos junto con otros nobles de la Corte. Luego fueron ajusticiados en la
guillotina poniendo fin a una monarquía absoluta imponiendo en el país el lema “Libertad, Igualdad, Fraternidad” que
luego se extendió por el mundo.
Para dar mayor voz a los
llamados de revolución, Robespierre exigió mayor libertad de prensa, que había
sido amordazada bajo el viejo régimen. La resultante prensa libre fue
registrada con el título de El amigo del
pueblo (L’ami du peuple), un diario furibundo lleno de provocaciones y
discursos altisonantes, creado por Jean-Paul Marat.
Marat aborrecía la
extravagancia inexorable de la monarquía en medio de la pobreza que oprimía a
Francia. Los
reyes fueron decapitados, la reina María Antonieta fue juzgada y condenada a
morir. Asistió al juicio con el cabello blanco, demacrada como si su horrible
estadía en prisión le hubiera arrebato no solo la belleza sino la juventud. La
pobre mujer fue acusada de varios crímenes y llevada a la guillotina. Su hijo
no sobrevivió mucho más y murió, víctima de las horribles torturas que padeció
en manos de sus carceleros, un año después.
Pocos días después se firmó
la Declaración de los Derechos del Hombre.
Bajo dicho documento las arcaicas distinciones de clases tendrían que ser
abolidas y todos los hombres debían ser considerados en un espíritu de
verdadera equidad. Como vocera del
pueblo, la Asamblea Nacional demandaba una monarquía constitucional, derechos
iguales para todos y justicia bajo
leyes razonables.
Los desposeídos, los
perseguidos y los oprimidos veían como la solidaridad
y la empatía de toda una nación se había expresado en voz alta para hacer
temblar las conciencias de quienes hasta entonces se sentían dueños de vidas y
haciendas, pues habían sido varias sucesiones monárquicas las que vivieron a
costillas del sudor ajeno con el pretexto del “derecho divino”.
En las Américas los territorios
colonizados tomaron inspiración al ver
que era posible aspirar a una sociedad más justa y equitativa, y llamando a la cooperación y solidaridad entre los
indígenas, los mestizos y los criollos, decidieron ser libres y autónomos,
exigieron el derecho a gobernarse por sí solos sin ser intervenidos por una
entidad extraña o extranjera.
Hasta el día de hoy, el lema
de la revolución francesa sigue inspirando por su espíritu de lucha y de
liberación; ha sido un tiempo de inclusión,
donde se intenta la integración social de las personas inmersas en un sistema
marginal para participar plenamente del nivel de bienestar socio-vital
alcanzado en un país determinado, poniendo atención en la sustentabilidad para cuidar de los demás recursos y no se agote el
planeta, pues así como la libertad, la igualdad y la fraternidad son valores
globales, la sustentabilidad y el cuidado de los ecosistemas también son de
todos, entre todos y para todos.